“La reflexión es como el dictado que hace el maestro cuando el niño está aprendiendo a escribir, siendo el maestro una mezcla de razón y de conciencia”
Juan Manuel Correal
El pasado 16 de septiembre, día del amor y la amistad, llegué a los 43 años. Ahora que he arribado a esta edad, siento un poderoso llamado a la reflexión. Podemos ir por la vida de forma reflexiva o irreflexiva, ya es una decisión de cada quien. A cada uno le toca elegir si va a caminar despierto o dormido.
Yo he decidido encender la luz de mi conciencia y siento que esa luz es la practica reflexiva. ¿Por qué decía Sócrates que una vida que no es examinada no merece ser vivida?
Me propongo entonces reflexionar todo este año 43. La meta es crear una reflexión semanal, plasmarla a mano, transcribirla los domingos y publicarla los lunes para compartirla con mi red de amigos y conocidos. La primera pregunta que me hago es: ¿Lo lograré?
Mi maestro, es decir esa mezcla entre razón y conciencia, me dice que si, que esta es una edad para reflexionar, que se trata de un buen ritual para continuar practicando el bello arte de crear con la palabra. Yo creo en este arte y siento una gran emoción cuando lo práctico. ¿Sirve para algo? ¿Tiene realmente un impacto positivo sobre nuestra vida practica? Espero encontrar respuestas a esta pregunta a lo largo de este camino. Por lo pronto, me conecto con el hecho de mi vida me sienta a llevar a cabo este ejercicio reflexivo.
He llegado a los 43 años. ¿En qué punto del camino vas tú? ¿Cómo te sientes? Yo me siento con muchas emociones encontradas, ahora ya puedo decir que cuando era joven, era mas bien impulsivo e imprudente en lo que decía, hoy pienso mucho más lo que voy a decir, si algo he aprendido es acerca del gran impacto que tiene lo que decimos sobre lo que vivimos. Es verdad eso de que la palabra tiene poder, mucho poder, nada mas y nada menos que el poder de crear nuestra vida.
Yo he creado la vida que hoy vivo con mis palabras, igual tú, aunque no seamos plenamente conscientes de esto. También es cierto que no me siento plenamente satisfecho con la vida que vivo, como si un artista no se sintiera a gusto con su obra. En estos casos es cuando sale una Voz a decirme:
“Gratitud Andrés, se más agradecido, agradece más y tendrás la emoción y la fortaleza para continuar creando la vida que quieres a partir de las bendiciones de las que hoy gozas. La gratitud no es conformismo sino aceptación, valoración de lo que tienes: vida para continuar viviendo”.
Agradezco pues la llegada a estos 43 años, asi como también agradezco los 17 años que cumplí de haberme graduado como psicólogo, por allá el 22 de septiembre de 2006. De modo que esta primera reflexión es una celebración, tanto de la vida como de la profesión.
Algo en mi interior me dice que para crecer hay que reflexionar lo que vivimos como personas y lo que hacemos como profesionales, de la reflexión se cosecha sabiduría para continuar creando la vida que hemos elegido crear.
Asi las cosas, espero que este año 43 sea de mucha reflexión y creación, pero, sobre todo, de mucha conexión con las personas que pienso compartir estas palabras. Esta es mi forma de decirles que sigo existiendo y que deseo mantener y cultivar el vinculo que el camino de la vida nos ha regalado. Con los años, es cuando mas se va dando cuenta uno de la importancia de las relaciones.
Espero que estas ideas y pensamientos también te inspiren a reflexionar. He aprendido que plasmar lo que sentimos y pensamos, además de ser muy gratificante, es realmente beneficioso para nuestra salud mental.
Andrés Paz
E.A.G.B